Se sienta bajo el techo celestial
sin objetivo alguno,
pensando risas que no escucha
contando soles, uno a uno.
.
Entre el constante estruendo citadino
aspira emociones ajenas
observando por la ventanas,
disimulando y riendo
escuchando el fluir de sus venas.
.
Aspirando el ideal para la ocasión
abre los ojos y pierde,
sin conciencia en desolación
bebe, disfruta el entorno,
rodeado de situaciones imaginarias
no requiere de retorno,
volver completo imposible
quebrado, andando, pegando y sin tóno.
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