Aquí nomas pasándola veo pasar y pasar cientos de personas que no tienen la más puta idea de a donde tienen que ir, sobre mi cómoda silla tomo café y fumo mirando por la ventana hacia el cyberjardín, una chica discretamente me mira por encima de su ordenador portátil, que hueva que discretamente busque en mi ventana, mejor volteo a ver a la perra gorda que esta plácidamente dormida en el césped sin importarle nada, al verla pienso que preferiría acostarme, aunque mi lugar no esta del todo mal.
He decidido dejar el teléfono sonar y cerrar mi puerta, disfrutar este receso y reírme de las prisas y lo perdidos de los demás, al cabo si me pongo a meditar sobre algo, lo más seguro es que también me pierda como siempre, mejor dejo crecer la eriza me concentro en lo que me fumaré un unas cuantas horas y observo.
Ha sido una noche pesada, al grito papá no puedo negarle nada, tengo que acudir y acudir, no me importa no es queja, simplemente tengo sueño y no quiero trabajar más de la cuenta, al fin y al cabo que esta putada nunca se termina y ahora que pienso en el pequeño me dan ganas de ir por él y jugar un poco y refugiarme en su inocencia, vivir lo espontáneo.
Voy y vengo, sigo y vuelvo, escucho a través de mi ventana un horrendo y bajo pop, eso me pasa por no tener música aquí, el internet no me llama en estos momentos, la pornografía la he abandonado desde hace ya un tiempo y las redes sociales no presentan novedad alguna, las noticias las he leído y contestados mis mails, todo un cybermundo, y ahora que por el momento no hay novedades volveré a mi pasatiempo de espía, a dar otro sorbo de mi café que se enfría y a mirar otro rato por la ventana, ojalá la perra siga durmiendo cómodamente y vuelva a sentir envidia de no ser un can.
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