lunes, 28 de julio de 2008

Dolor

En mis escritos abandone la temática, al menos de manera directa, aunque el dolor me ha seguido acompañando, viví una historia de esas entrañables, donde todo fue hacia arriba siempre, donde fuimos ejemplo y donde todo estaba de acuerdo al guión, solo hubo un problema, no conocía su final.

La muerte te alcanzó en mis brazos, entre amor y muerte te vi partir, fui testigo del último suspiro, con el que se fue una importante parte de mí, pero me queda mucho más de lo que se puede describir, incluso para los escépticos y falsos idolatradores, y para los verdaderos también aunque no quieran verlo, queda constancia de que un día fuiste todo por lo que vivía y por la que estaba dispuesto a todo. El recuerdo deja felicidad aunque ya no lo sea más, aunque ahora ese recuerdo sólo sea dolor, un dulce dolor.

Escucho tu sonrisa, entiendo tus consejos, la memoria de tu ausencia perfuma mi caminar, siempre formarás parte de esta desorientada mente envuelta entre el deber y el beber, te fuiste para descansar, ¿Por qué no he de dejarte hacerlo?, el dolor me da la certeza de la vida y lo importante es que no me importe que me duela, ¿hay otra forma de aprender?, no quiero vivir a medias, con miedo, somos capaces de construir terror si queremos, el miedo mata la mente, no es necesario, cuando estoy triste entiendo mucho de las estupideces que hago, da pie a la reflexión, la obsesión por la felicidad solo arrojaba pretextos para no serlo.

El término muerte se entiende de acuerdo a las experiencias particularísimas, aunque en realidad sólo llega una vez a pesar de que se sienta siempre, hay que aprender a vivir con ella, el dolor no se quita, permuta, la vida hay asumirla en vez de padecerla, solo los vivos sufrimos, porque la muerte a mí solo me afectará una vez y nunca más volveré a existir, mientras tanto lo único que queda es el tiempo para vivir, la reflexión de lo importante de esto y como lo quieras llevar, que para la muerte ya habrá tiempo y entonces si ya veremos qué pasa.

Por ahora me despido sin decir adiós, continuo con mi melancolía, mi pesadumbre, mi felicidad, que nuevas partes se forman mientras algunas viejas debaten entre permanecer o irse, sigo viviendo.

2 comentarios:

Cess dijo...

Acabo de leerte...está muy neto, muy chido.Gracias por compartir

tormaser dijo...

te kiero hermano y aprecio entrañablemente tu manera de vivir de ser y de amar,katia