jueves, 7 de mayo de 2009

Sueños

Cuatro de la mañana.
No he dormido casi en última semana,
entre encierro y libertad
la jornada festiva se ha extendido.

Lúnaticamente me encuentro en medio de una reunión;
donde la gente se rasga la espalda
beben y beben.
La tomo de la cintura,
caminamos por la escalera
y despido al resto.

Hacemos el amor sin parar
sin parar
hasta no poder más
y ni así nos detuvimos,
o por lo menos eso creí.

Despierto solo,
persigo tu olor
y tiemblo
quizá por el cansancio
o la cruda.

Amanezco en silencio,
amanece en la ciudad.

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